Con cabeza y corazón se hacen eventos de impacto.
- Quedamos.com
- 15 abr 2016
- 3 Min. de lectura

¿Cómo hacer que nuestro evento sea recordado? ¿cómo causar impacto y dejar huella en el mercado?.
Con el paso del tiempo los eventos han cambiado y evolucionado. De nosotros depende, a la hora de organizar eventos, ya no solo innovar, sino hacerlo de tal forma que genere una atmósfera irrepetible. Ahí está la clave que marca la diferencia: crear un evento único que cautive al público, que permanezca en su retina, que abra su mente a nuevas experiencias pero que sobre todo se grabe en su corazón con tinta de oro.
El asistente es parte activa y fundamental en el evento
Hoy más que nunca el asistente se ha convertido no en un mero espectador, sino en parte activa del evento, hoy es el protagonista, es la estrella que centra todas las miradas y así lo corrobora el estudio de mercado de 2014 elaborado por el grupo Eventoplus.
El foco se pone en las personas, porque ellas son las que de verdad importan en cada acontecimiento que engendramos, las que más tarde podrán recomendar nuestra marca si el evento les ha gustado y apasionado. Un evento, es una excelente oportunidad de conseguir fieles seguidores, de fidelizar a nuestros actuales clientes y de, en definitiva, causar sensaciones y emociones que permanezcan en el tiempo.
Otra manera de dar protagonismo al asistente es facilitarle que haga contactos en los eventos. Quedamus ha entendido la importancia de este aspecto y por ello una de sus prioridades es el networking entre asistentes.
Estar o no estar, ser o permanecer, actuar o hacer sentir, el éxito de nuestro evento va a depender en gran medida de la autenticidad que transmitamos, de la capacidad organizativa que tengamos y de la profesionalidad y creatividad que seamos capaces de aplicar.
Involucrar, vincular y emocionar a los asistentes al evento
La cabeza se pone al servicio del corazón, los eventos que impactan se construyen desde una visión que va más allá de la meramente racional, se irradia el alma de la empresa, se piensa con la intuición, se experimenta con los sentidos. Organizar un evento ya no consiste únicamente en alcanzar una serie de objetivos, si queremos que tenga un impacto positivo tendremos que pensar en cubrir con creces las necesidades de nuestros invitados y ofrecerles siempre un valor añadido.
Para ello podemos utilizar los eventos experienciales y emocionales, aquellos que forman y conforman una vivencia única, aquellos que tienen vida propia. Este tipo de eventos, a los que cada día se suman más marcas, nos brindan la posibilidad de crear vínculos con las personas y despertar sus emociones. Gracias a ellos ya no se venden productos, se venden experiencias, se cautivan corazones. Los beneficios son múltiples, no obstante destacamos el fortalecimiento de la imagen de marca, el posicionamiento, así como la transmisión de la esencia de la empresa. Y si además ofreces la opción al asistente de concebir él mismo el evento a su gusto, “do it yourself”, “hazlo tú mismo”, lograrás, sin lugar a duda, un sentimiento de fidelidad y permanencia que será difícil de arrebatar.
Mi recomendación es que cuando tengas que organizar un evento intentes no solo aportar valor sino crear un evento con auténticos valores. Considero imprescindible saber transmitir:
coherencia
transparencia
credibilidad
confianza
empatía
Porque sólo así podremos conseguir los tan ansiados “lovemarks” verdaderos, aquellos que logran amar nuestra marca por encima de todo. Ya lo sentenció Kevin Roberts (gurú de la publicidad y comunicación, autor del libroLovemarks) cuando acuñó dicho concepto “lo que mueve a los seres humanos es la emoción, no la razón”, así que desarrollemos emociones en nuestros eventos y lograremos suscriptores y lovers.
El broche de oro lo pondrá siempre el toque humano que otorguemos, ese que deja huella, ese que genera relaciones y fortalece uniones. Haz que tus invitados se sientan como en su propia casa, involúcralos de tal manera que interioricen la filosofía de tu empresa, ilusiónalos, motívalos, y transfórmalos.
Haz de tu evento un evento memorable, siempre guiado por la cabeza y liderado por el corazón.
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